Abitob

Abitob. “padre de bondad”. Hijo de Husim 1Cr 8:11.

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cp48 Los Pecados de los Ricos
examina los pecados comunes de los ricos, igualmente haciendo exhortaciones dirigidas a estos pecados. ¿Qué pasa cuando la bendición de Dios actualmente es abusada, y llega a ser una maldición?
Temas: Equivocaciones sobre Riquezas:
1. Riquezas no son una señal del favor de Dios. 2. Riquezas abren el apetito al consumismo. 3. Abusan de otros, usándoles para su provecho personal. Son tiranos. 4. Riquezas son una posesión personal, y uno puede usarlas como quiere. 5. El amor necesario para ser salvo es muy difícil para alguien que ama y buen dinero como prioridad.
Los Pecados de los Ricos: Arrogancia. Responsabilidades de los Ricos.
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Baxter Orientaciones para Odiar el Pecado
es un artículo de 20 "orientaciones" o pensamientos porque debemos odiar el pecado y alejarnos de ello.
Extracto: 1. Orientación
Esfuércese tanto por conocer a Dios como para ser conmovido por Sus atributos. Viva siempre delante de Él. Nadie puede conocer el pecado perfectamente porque nadie puede conocer a Dios perfectamente. Usted no puede conocer el pecado más de lo que conoce a Dios, contra quien usted peca; la maldad formal del pecado es relativa, pues es contra la voluntad y los atributos de Dios. El hombre piadoso tiene algún conocimiento de la maldad del pecado, porque él tiene algún conocimiento del Dios que es ofendido por este.

El impío no tiene un conocimiento práctico y prevaleciente de la maldad del pecado, porque él no tiene un conocimiento de Dios. Aquellos que temen a Dios temerán el pecado; aquellos que en sus corazones son irreverentes e impertinentes para con Dios, harán, en sus corazones y en sus vidas, lo mismo para con el pecado; el ateísta, que piensa que Dios no existe, también piensa que no hay pecado contra Él. Nada en el mundo entero nos mostrará de manera tan simple y poderosa la maldad del pecado, tanto como el conocimiento de la grandeza, bondad, sabiduría, santidad, autoridad, justicia, verdad y etc., de Dios. Por tanto, el sentir su presencia hará que también sintamos la maldad del pecado.

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