Abitob

Abitob. “padre de bondad”. Hijo de Husim 1Cr 8:11.

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Sanidad en la Biblia
explica del punto de vista de Dios como es la enfermedad, y Dios puede mandarnos enfermedad y luego sanarnos si quiere.
Temas: Dios sana las Personas | Un punto muy Importante | ¿Qué quiere Dios realmente? | Entra la Enfermedad | El Alma que Pecare Morirá | ¿Qué expectativa nos queda? | El Arrepentimiento | Captando la Situación desde el Punto de Vista de Dios.
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También estos folletos:
CP72 El Miedo de la Enfermedad ¿Dios nos manda enfermedades?
Pent15 ¿Salvo de las Enfermedades? Isaías 53
cp34 El Uso Divino de la Enfermedad
salv76 El Cristiano sufriendo busca Remedio de su Salvador
cp45 Cristiano ante la Eternidad
cp15 La Depresión
cp21 Dios oye solamente a los Contritos
pent11 ¿Me Quiere Dios Enfermo?
Cp68 La Ansiedad o el Confiar
eva18 La Importancia del Evangelio
eva13 Cómo comunicar la salvación a otra persona
cp44 Soportando Aflicción Como un Hijo de Dios
cp32 Para el Cristiano cuando enfrenta la Muerte
cp70 Dios es Soberano aun sobre las Epidemias

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Baxter Orientaciones para Odiar el Pecado
es un artículo de 20 "orientaciones" o pensamientos porque debemos odiar el pecado y alejarnos de ello.
Extracto: 1. Orientación
Esfuércese tanto por conocer a Dios como para ser conmovido por Sus atributos. Viva siempre delante de Él. Nadie puede conocer el pecado perfectamente porque nadie puede conocer a Dios perfectamente. Usted no puede conocer el pecado más de lo que conoce a Dios, contra quien usted peca; la maldad formal del pecado es relativa, pues es contra la voluntad y los atributos de Dios. El hombre piadoso tiene algún conocimiento de la maldad del pecado, porque él tiene algún conocimiento del Dios que es ofendido por este.

El impío no tiene un conocimiento práctico y prevaleciente de la maldad del pecado, porque él no tiene un conocimiento de Dios. Aquellos que temen a Dios temerán el pecado; aquellos que en sus corazones son irreverentes e impertinentes para con Dios, harán, en sus corazones y en sus vidas, lo mismo para con el pecado; el ateísta, que piensa que Dios no existe, también piensa que no hay pecado contra Él. Nada en el mundo entero nos mostrará de manera tan simple y poderosa la maldad del pecado, tanto como el conocimiento de la grandeza, bondad, sabiduría, santidad, autoridad, justicia, verdad y etc., de Dios. Por tanto, el sentir su presencia hará que también sintamos la maldad del pecado.

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