Abijah or Abijam

Abijah, o Abijam. “mi padre es Jehová”.
1. Hijo y sucesor de Rohoam al trono de Judá 1Re 4:21; 2Cr 12:16. Es llamado Abia, Abiah, o Abijah en Crónicas, y Abijam en Reyes. Empezó su reino en 959 a.C. y reinó tres años. Trató de recuperar el reino de los diez tribús, y hizo guerra con Jeroboam, y tuvo éxito tomando varias ciudades de Israel. Anduvo en todos los pecados de Rohoam 1Re 14:23-24.
2. El segundo hijo de Samuel.





3. Hijo de Jeroboam I, rey de Israel, que murió en su niñez (1Re 14:1).
4. Un descendiente de Eleazar, quien dio su nombre para dividir los sacerdotes en 24 clases bajo la mano de David 1Cr 24:10; 2Cr 8:14; Neh 12:4, 17.
5. Uno de los sacerdotes que entraron en un pacto con Nehemías de andar en la ley de Dios Neh 10:7. Es posible que el nombre sea tratado como familia, o sea, él y todo su familia entraron en el pacto.

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Baxter Orientaciones para Odiar el Pecado
es un artículo de 20 "orientaciones" o pensamientos porque debemos odiar el pecado y alejarnos de ello.
Extracto: 1. Orientación
Esfuércese tanto por conocer a Dios como para ser conmovido por Sus atributos. Viva siempre delante de Él. Nadie puede conocer el pecado perfectamente porque nadie puede conocer a Dios perfectamente. Usted no puede conocer el pecado más de lo que conoce a Dios, contra quien usted peca; la maldad formal del pecado es relativa, pues es contra la voluntad y los atributos de Dios. El hombre piadoso tiene algún conocimiento de la maldad del pecado, porque él tiene algún conocimiento del Dios que es ofendido por este.

El impío no tiene un conocimiento práctico y prevaleciente de la maldad del pecado, porque él no tiene un conocimiento de Dios. Aquellos que temen a Dios temerán el pecado; aquellos que en sus corazones son irreverentes e impertinentes para con Dios, harán, en sus corazones y en sus vidas, lo mismo para con el pecado; el ateísta, que piensa que Dios no existe, también piensa que no hay pecado contra Él. Nada en el mundo entero nos mostrará de manera tan simple y poderosa la maldad del pecado, tanto como el conocimiento de la grandeza, bondad, sabiduría, santidad, autoridad, justicia, verdad y etc., de Dios. Por tanto, el sentir su presencia hará que también sintamos la maldad del pecado.

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